Lola y Adolfo, una pareja recién casada, experimentan la mayor tragedia de sus vidas cuando, justo después de salir de la iglesia, Lola sufre un aborto que le impide tener hijos en el futuro. Para superar su dolor, deciden adoptar a Tin y Tina, dos niños dulces y angelicales que parecen ser los ángeles caídos que nunca quisieron tener en casa. La película Tin y Tina comienza con una impactante escena en la que Milena Smit, que interpreta a Lola, sufre un aborto frente a sus seres queridos, manchando su vestido blanco y puro con sangre. Este momento es una de las mejores presentaciones de personajes que he visto, ya que es un arte puro y muestra la situación impactante de los protagonistas. Sin embargo, esta es solo la punta del iceberg, ya que Tin y Tina va más allá y presenta una historia de terror que también se mueve con soltura en el terreno de la comedia negra. A diferencia de las películas de terror que se centran en los jumpscares y en las historias basadas en hechos reales, Tin y Tina utiliza el fanatismo religioso como tema de suspense. Es una crítica hacia el extremismo religioso que, aunque utiliza el cristianismo para hacerla, puede ser correlacionada con cualquier otro tipo de extremismo.

La película ofrece temas universales, como la familia, la religión, la figura materna y paternal y el miedo a la soledad. Milena Smit, que ya nos conquistó con su interpretación en Madres Paralelas, brilla en Tin y Tina como una madre que busca esperanza en la adopción, pero que se enfrenta al fanatismo religioso. Jaime Lorente también sorprende, demostrando que es un actor versátil que puede interpretar a un padre despreocupado y agnóstico. Sin embargo, los verdaderos protagonistas de la película son los jóvenes Carlos González Morollón y Anastasia Russo, quienes interpretan a dos niños que ven de forma literal la Biblia y se adentran en un viaje de juegos sádicos con consecuencias imprevisibles. Los niños son tan aterradores como encantadores, y su magnetismo hace que caigamos rendidos a su encanto, a pesar de su fanatismo.

Tin y Tina no es una película de terror convencional, sino un thriller psicológico que acompaña a Lola en su montaña rusa emocional. Rubin Stein, el director, busca incomodar al espectador y lo logra desde la primera escena hasta el final, donde se presenta un plano secuencia agobiante y revelador. En definitiva, esta película es uno de los mejores debuts del género que he visto en España.

Tengo que añadir que ya no volveré a escuchar ciertas canciones de la misma manera, los que ya habéis visto la película sabéis de lo que hablo. Espero sinceramente que este director nos traiga mas películas como esta. 

Por Manuel González Carrasco