The Seeding: atrapados a su voluntad.

En el pasado festival de Sitges, pudimos disfrutar de la original e incómoda nueva propuesta del director Barnaby Clay. Y no, no es una calificación de la película, si no un adjetivo de la trama.

Con Scott Haze en el papel protagonista como Wyndham Stonehenge, un aficionado a la fotografía que, en una excursión al desierto, termina descarriado y finalmente perdido. Buscando orientarse, ya con noche cerrada, encuentra en un cañón de difícil acceso una vivienda solitaria. La casa, donde vive Alina, personaje interpretado por Kate Lyn, una extraña y tácita mujer que se ofrece a darle asilo.

Pronto, Wyndham descubrirá que no sólo la noche le impedirá volver a casa.

Las actuaciones tanto de protagonistas como de personajes conductores, logran crear empatía e intriga en el espectador. Aunque ciertos momentos puedas ver venir la siguiente evolución de alguno de los personajes, consiguen qué sigas manteniendo el suspense y la compasión de cara a alguno de los cambios argumentales.

Este thriller de terror nos va atrapando paulatinamente en la locura, la desesperación y la desgarradora resignación de quien se sabe preso y vulnerable, descubriendo por las malas quien es amigo y quien enemigo.

Con un final a la altura, The Seeding nos deja un sabor de boca al gusto de los amantes del cine negro con un toque salvaje. Si bien es cierto, el guión nos deja con algunas preguntas sin resolver que deberemos obviar para disfrutar totalmente y quedarnos únicamente con la idea a transmitir por el director anglosajón.

Por David Ascaso.