Peter Pan: Pesadilla en Nunca Jamás

Peter Pan: Pesadilla en Nunca Jamás – El lado más oscuro de nuestra infancia



El Poohniverse ha vuelto a abrir sus puertas, y esta vez nos lleva directos al país de Nunca Jamás... pero no el que recordamos con nostalgia. En Peter Pan: Pesadilla en Nunca Jamás, Scott Chambers vuelve a jugar con nuestra infancia, retorciendo los cuentos clásicos para convertirlos en auténticas pesadillas. Si Winnie the Pooh: Miel y Sangre nos sorprendió con una versión salvaje del oso más tierno del bosque, esta nueva entrega eleva la apuesta y se convierte en la joya más oscura —y mejor ejecutada— de este universo en expansión.

Aquí, Peter Pan no es un eterno niño feliz, sino un asesino psicópata traumatizado, que tras pasar por una infancia infernal y un tiempo trabajando en un circo, encuentra su propósito en secuestrar niños para "salvarlos" llevándolos a su siniestra versión de Nunca Jamás. Un sitio del que, por supuesto, no se vuelve. Le acompañan figuras tan reconocibles como una Campanilla convertida en politoxicómana —convencida de que lo que consume es polvo de hadas— y una Wendy valiente que se lanza de lleno a una investigación para rescatar a su hermano de las garras de este terrorífico Pan.


La ambientación está cargada de referencias visuales y cinematográficas. El Peter Pan que se nos presenta recuerda por momentos al Joker de Joaquin Phoenix, con un aire de locura melancólica, y también hay ecos del Pennywise de It, sobre todo en la forma en la que Peter manipula a los niños. Y sí, también aparece Garfio, aunque en una versión completamente demacrada y retorcida, cuya historia se revela a medida que avanza la trama.

Esta es una película que no se esconde: es Serie B con todas las letras, pero abrazando ese estilo con orgullo, sabiendo perfectamente lo que quiere ofrecer. A pesar de su bajo presupuesto, Peter Pan: Pesadilla en Nunca Jamás saca partido de sus limitaciones para entregarnos una propuesta macabra, divertida y repleta de referencias que harán sonreír a los fans más frikis del género.

Si bien Miel y Sangre fue el inicio curioso de este universo, esta segunda entrega consolida el proyecto y apunta a algo mucho más ambicioso: juntar en un futuro cercano a todos estos personajes infantiles reconvertidos en monstruos en una gran película crossover. Una especie de Los Vengadores del terror Serie B que, francamente, tiene un potencial brutal si siguen por este camino.


En definitiva, una grata sorpresa dentro del cine de terror de bajo presupuesto que, sin tomarse demasiado en serio, logra divertir, inquietar y enganchar. Si creciste con Disney y ahora te va el terror, Pesadilla en Nunca Jamás es tu plan perfecto para una noche de peli con las luces apagadas.


Por Pablo Fernández.