La Toalett

11.09.2024

Ingmar Bergman busca su redención sobre el escenario del Teatro Lara hasta el 15 de Octubre


La Toalett obra autobiográfica de Bergman, llega al Teatro Lara con una versión íntima y cuidada, que muestra una de las encrucijadas más potentes en la vida del director


En la intimidad de una sala pequeña y circular, el teatro independiente y alternativo encuentra otra consistencia. Existen obras, que no funcionan en salas grandes, ya que el tono íntimo, en el que se cuentan sus historias, requieren de susurros, miradas directas al público y efectos atmosféricos que consiguen envolver al espectador.

La obra Toalett (con acceso), nos da paso a una historia real, protagonizada por el gran director de cine y teatro Ingmar Bergman. La escena es autobiográfica, se basa en sus propias memorias fijadas en el libro La Linterna Mágica. Concretamente en 1976, cuando el director sueco fue acusado por la Agencia Tributaria por fraude. Dicha denuncia cae como una gran bomba sobre la vida de Bergman, desembocando en una depresión nerviosa. Aunque acaba perdiendo el control de su vida de manera momentanea, su crisis le lleva a un análisis profundo de sus experiencias vitales. Consiguiendo al final, hacer las paces consigo mismo.


Es una obra eminentemente psicológica, donde se enfrentan los miedos infantiles frente a los adultos, demostrando que los problemas son proporcionales a nuestra edad y circunstancias. Dichos traumas acaban ocultos o banalizados, dentro de la costra del tiempo, creando serios problemas en nuestro subconsciente. La interpretación de Rafa Fernández Mullín es excepcional, durante 80 minutos mantiene enganchado al espectador, guiando las sensaciones sensitivas y orgánicas por diferentes planos, que engloban extremos radicales como la felicidad y el dolor, la locura y la razón. Investigando sobre la idea de culpabilidad que va de la mano con la vergüenza, buscando su redención en sí mismo.

Bergman viaja en torno a dichas reflexiones a través de tres épocas muy concisas: su niñez y vida antes del problema, el momento en el que se produce el detonante de su crisis; y ese tercer tiempo donde se refleja su tortuosa recuperación. Son tres momentos que fluyen de manera circular,y que podemos diferenciar lógicamente a través de la actuación de Rafa Fernández, pero también del tratamiento de la luz en escena.


Este enfrentamiento temporal, nos permite acercarnos de una manera muy intimista y humana a una de las grandes figuras de la historia del cine, presentando al espectador una curiosa historia sobre experiencias vitales.Dejando al público expectante, como si tuviéramos delante un cuadro incómodo, del que no pudiéramos apartar la mirada. Como dijo Ingman Bergman:


"No quiero producir una obra de arte en la que el público pueda sentarse y succionar estéticamente… Quiero darles un golpe en la espina dorsal, quemar su indiferencia, sobresaltarlos hasta acabar con su autocomplacencia"


Debemos decir que Toalett, nos "da acceso"a una realidad incómoda. No llega a romper nuestra espina dorsal, pero sí que nos saca de ese conformismo y condescendencia vital, al mostrar una historia vital sincera y cruda. 



Por Marta Martínez.