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"Con un eco sombrío en su voz, Alice insiste a sus amigas, 'No me está haciendo daño'. Sus amigas, empapadas de tristeza y cansancio, no están convencidas. En el drama perturbadoramente descarnado de Alice, Cariño, es claro que el novio de Alice sí la lastima, aunque no de la manera gráfica y explícita que comúnmente se retrata en las películas sobre violencia doméstica. En cambio, este film se sumerge en las formas más insidiosas y a menudo invisibles de control y manipulación, iluminando las cicatrices internas que, aunque invisibles a los ojos, dejan una marca duradera y dolorosa.En 2019, un episodio de televisión llamado 'I Am Nicola' atrajo la atención de la crítica al retratar con agudeza cómo una persona puede ser desmantelada emocionalmente sin que se haya lanzado un solo golpe. Alice, Cariño, que debutó en el Toronto Film Festival sin mucho alboroto pero que merece ser discutida ampliamente, ofrece una visión similarmente desgarradora y necesaria de esta temática.Anna Kendrick, normalmente conocida por su humor encantador y su carisma en la comedia, se desvía de su terreno habitual para interpretar a Alice, una mujer agotada por un tipo de ansiedad privada que rara vez se explora en la pantalla. Desde la primera escena, una cena con sus dos mejores amigas (Wunmi Mosaku y Kaniehtiio Horn), cada mensaje de texto que recibe de su novio, el guapo artista Simon (Charlie Carrick), agudiza su angustia y tensión, revelando una relación inquietante. El guión brillantemente sutil y perceptivo de Alanna Francis rápidamente nos muestra el comportamiento coercitivo de Simon, pero mantiene una incertidumbre sobre hasta qué punto llega su manipulación. 

En lugar de centrarse en el control destructivo de Simon, la directora debutante, Mary Nighy, elige mostrar su impacto en Alice, haciendo que el efecto de su abuso sea el centro de la narrativa, en lugar de la causa. Esta decisión resulta en una poderosa y aterradora representación de la coerción emocional.El retiro de Alice a una casa de campo con sus amigas se convierte en una intervención involuntaria. Las creencias tóxicas que Alice ha internalizado -de ser egoísta, injusta, vergonzosa e insuficiente- se ven desafiadas a medida que sus amigas se interponen. Francis evita con habilidad los clichés terapéuticos al retratar el viaje irregular y tumultuoso de Alice hacia la recuperación y al capturar la franqueza brutal y realista de las conversaciones entre amigas íntimas. Kendrick entrega una actuación estremecedora y profundamente personal de Alice, su ansiedad y miedo palpables en cada escena. Aunque Mosaku y Horn no tienen más que perfiles básicos para trabajar, ambas actrices aportan autenticidad y profundidad a sus personajes, lo que culmina en un poderoso momento de protección hacia el final de la película.Alice, Cariño es una gema de película, pequeña pero impactante. La dirección de Nighy es audazmente precisa, optando por un enfoque minimalista en lugar de recurrir a técnicas sensacionalistas. En su debut como directora, Nighy demuestra una habilidad impresionante para capturar la realidad cruda y perturbadora del abuso emocional, sólo desviándose en la elección de una banda sonora que, por desgracia, se queda un poco por detrás del resto de la película. La representación de Kendrick de Alice es notablemente singular. Su personaje no es la típica víctima de abuso que solemos ver. Alice es desafiante, a veces irritante, y su comportamiento puede oscilar entre la ira y la evasión. 

En lugar de esconderse, Alice se sexualiza excesivamente, reflejando una forma de abuso que a menudo se pasa por alto. Kendrick ofrece una actuación que es tan única y específica como el personaje que interpreta, lo que da lugar a una representación de abuso que se siente auténtica y real. La interpretación de Kendrick es impactante y emocionalmente cruda, haciendo que el espectador se sienta incómodo a medida que Alice se va desmoronando. Kendrick recientemente compartió su experiencia personal con el abuso emocional, lo que le da a su actuación un nivel de autenticidad y dolor que no se puede fingir. Sin duda, es su mejor interpretación hasta la fecha. A pesar de su limitado desarrollo, los personajes de Mosaku y Horn también son impresionantes. Cada línea y decisión resuena con autenticidad, mostrando la complicada dinámica que puede existir entre amigas cuando una de ellas está en crisis. Este realismo culmina en un momento increíblemente emotivo de protección en el último acto de la película. Alice Cariño, es una película que te deja helado, un recordatorio difícil de una realidad difícil. Evita los excesos y se centra en retratar el abuso emocional con una honestidad cruda y perturbadora. No es una película fácil de ver, pero es una película que necesitamos ver. Es una obra de cine que permanece contigo mucho después de que los créditos han terminado de rodar, un eco sutil pero constante de su impactante mensaje."

Por Miguel González